Analizando a Nintendo y sus consolas en la actual generación

Reportaje

En fechas de pleno TGS analizamos pasado presente y futuro de Nintendo DS y Nintendo Wii

18/10/2008 11:27
A lo largo de su historia como fabricante de consolas, Nintendo siempre ha tenido estrategias propias, pocas veces se deja llevar por las corrientes del mercado. Esa independencia le ha llevado muchas veces a lo más alto, pero también le ha dado grandes disgustos.

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NES supuso un renacer en el sector de los videojuegos, y Super Nintendo siguió la senda del éxito. Con Nintendo 64 empezaron los problemas. Mantener los cartuchos como soporte fue el primer error, pero no el más importante: La compañía pensó que su prestigio debía mantenerse a toda costa, así que quiso rodearse sólo de licenciatarios (third-parties) de calidad.

Pero sus exigencias fueron muchas veces excesivas, y N64 tuvo grandes juegos propios, pero pocos destacados de terceras compañías. Con Gamecube cambió de actitud, se mostró más abierta y en los primeros años tuvo un buen apoyo, aunque poco a poco se fue perdiendo, esta vez no por las actitudes de Nintendo, sino porque el mercado iba dejando de lado la consola en favor de PS2 (sea por sus juegos exclusivos, por su lector DVD o por su facilidad para piratearla).

La situación de Nintendo de cara a la siguiente generación era delicada.

Después de dos generaciones de “marcha atrás”, Nintendo no estaba en muy buena posición. No tan grave como la que ocasionó que Sega abandonase la fabricación de hardware, pues seguía teniendo beneficios, pero no podría permitirse otra generación en último lugar.

Además, su liderazgo portátil podía estar por primera vez amenazado ante la irrupción de Sony con su PSP, que, se suponía, iba a barrer a DS por su mayor potencia y capacidades.

Así que el nuevo presidente, Satoru Iwata, optó por cambiar totalmente de estrategia para la siguiente consola de sobremesa. Hasta entonces, las máquinas de Nintendo habían luchado en potencia gráfica con el resto: NES , SNES, N64 y Gamecube eran demostraciones técnicas de su momento.

Para la actual generación, Nintendo renunció a la técnica en favor de la innovación, consciente de la dificultad de competir por “fuerza bruta” con los gigantes Sony y Microsoft: Wii sería una Gamecube evolucionada, pero con un sistema de control nunca visto. Todos sabemos lo que vino después. Wii ha sido un exitazo de ventas, ha colocado a Nintendo de nuevo en el primer puesto, mientras DS también ha arrasado con las mismas armas: diferenciación frente a la competencia.

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Sobre el éxito de DS, a estas alturas hay poco que objetar. Prácticamente todos la consideran una gran consola, y su catálogo es excelente, variado, con grandes clásicos y también juegos innovadores… Las grandes dudas de los primeros meses se han difuminado, y aunque algunos (Ubisoft, para variar) siguen usando la consola para juegos de pésima calidad, DS puede presumir de grandes títulos en casi todos los géneros.

Es más, hace ya un año que Nintendo anunció que trasladaba varios equipos de programación desde DS a Wii, confiando que las licenciatarias pueden ocupar su hueco. De momento, esta estrategia ha resultado acertada.

Wii en cambio, a pesar de sus fantásticas ventas, de haber abierto el mercado a nuevos sectores e incluso de haber contribuido a mejorar la imagen de los videojuegos entre la población general, todavía tiene varios problemas: Desde su salida, la escasa potencia hace imposible juegos multiplataforma al mismo nivel que ps3/360/pc.

¿Qué habría pasado si Nintendo hubiera dotado a Wii de potencia similar a éstas? Seguramente ese fue el deseo de la compañía, pero no se podían permitir una inversión tan grande (recodemos que Sony y Microsoft han sufrido grandes pérdidas en su división de videojuegos). Además, el precio de venta de Wii hubiese sido más alto, y pretendía ser una opción asequible.

Éste era un sacrificio al que Nintendo estaba casi obligado, fue una decisión arriesgadísima, pero visto el resultado, la mejor que podían tomar. Sin embargo, las third party, desde el principio, no han confiado o se han aprovechado de Wii. Muy pocos juegos en estos dos primeros años aprovechan bien el nuevo control, y tampoco se esfuerzan lo más mínimo en el apartado técnico.

No creo que Nintendo esperase ese ninguneo. Y la falta de grandes sagas externas, sustituidas por juegos malos y/o de bajo presupuesto han hecho que la imagen de la consola durante esta primera etapa sea bastante mala entre muchos jugadores tradicionales.

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