Análisis Animal Crossing: New Leaf

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Bienvenidos al fantástico mundo de 'Animal Crossing'.

En ocasiones las personas necesitamos vías de escape por las que canalizar todas las malas sensaciones y angustias que se desarrollan en nuestra vida diaria. Así, buscamos hobbies y actividades que nos abstraen y nos ayudan a mantener un buen estado, tanto de cuerpo como de mente. 

Sería genial si pudiéramos hacer siempre que quisiéramos esas actividades que tanto nos gustan como crear y disfrutar nuestro espacio, salir a jugar con nuestros amigos o simplemente dar un paseo por el bosque. Los niños saben disfrutar y muchos de nuestros padres gozaron de esas aventuras imaginarias y abstractas jugando con muñecos. Pero los tiempos cambian y las formas de jugar también.

En 2001 Katsuya Eguchi y Takashi Tezuka, entre otros, tomaron todas esas premisas y crearon ‘Animal Crossing’, en aquel tiempo en Japón conocido como ‘Animal Forest’. El proyecto tenía la premisa clara de que sirviera como método de diversión y abstracción para todos sus usuarios... y así llegamos al día de hoy.

Con tres entregas a sus espaldas y unos cuantos retrasos llega a Nintendo 3DS ‘Animal Crossing: New Leaf’, la evolución de una saga creada para conseguir hacer soñar a sus jugadores. 

Bienvenido, alcalde

La historia de ‘New Leaf’ comienza en un tren. Tomamos el papel de un o una joven que se muda a un nuevo pueblo para comenzar una nueva vida, haciendo así una bonita metáfora del hecho de escapar de tus problemas, siendo el tren esa vía de escape.

Seguimos el trayecto y una vez llegamos a nuestro nuevo pueblo nos reciben los vecinos (¿son animales?) de la localidad con vítores: creen que eres su nuevo alcalde.

No podrás negarte a este cargo y aunque en un principio puede parecer una lata, pronto verás que será más una ayuda a tu nueva vida en el pueblo. Canela será tu secretaria y se encargará... bueno, de todo de lo que no te quieras ocupar tu. 

El pueblo será, como no podía ser de otra manera para conseguir ese ambiente paradisiaco, un bosque virgen con algunas casas repartidas por el terreno. Para mejorar un poco la calidad de vida, la villa tendrá una zona comercial con tiendas, museo y hasta una discoteca para los más movidos. No podéis negar que es el lugar perfecto para llevar una vida tranquila.

Canela será nuestra secretaria en la relajada tarea de ser alcalde.

Continuando con tu presentación como alcalde, deberás plantar un árbol en la plaza del pueblo que crecerá y crecerá hasta convertirse en un verdadero coloso. Esto sucederá con el mero paso del tiempo, así que no nos hará falta venir a regarlo... de eso debe encargarse Canela.

Tom Nook, el mapache encargado de la inmobiliaria, nos ayudará a tener una casa (previo pago, eso si) donde poder vivir y que podremos decorar completamente a nuestro gusto. Canela nos recomienda algunas de las actividades que podemos hacer en el pueblo, como hablar con los vecinos, pescar, plantar flores...