Cortando las alas al crowdfunding

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El actual gobierno español anuncia la intención de regular la financiación colectiva, ¿que futuro le espera a este sistema con las posibles nuevas medidas?

01/03/2014 13:39
Hoy en España nos hemos levantado con una noticia que será analizada por muchos medios a nivel político, unos a favor, y otros en contra. Nosotros no vamos a ahondar en su parte política, ya que este medio siempre se ha caracterizado por no tratar dicha información ni alinearse con ningún partido, pero si queremos analizar como la posible regulación del crowdfunding podría afectar a decenas de proyectos en España relacionados con el sector de los videojuegos.
Hugo

Lo primero que sorprende es la decisión de regular este sistema de financiación colectivo, que tan buenos resultados ha obtenido, especialmente en países como EEUU. Sin duda parece que el número de proyectos financiados de esta forma ha crecido, y mueven ya un importante flujo de capital, un capital que se quiere vigilar mejor. 

La propuesta del gobierno, en mi opinión, plantea ventajas e inconvenientes a la fórmula del crowdfunding.

En primer lugar quiero centrarme en las medidas que garantizan la transparencia de las plataformas, su solvencia y que el dinero invertido en un proyecto se usa realmente en lo que los emprendedores aseguran

Esas medidas, en general, se basan en que las nuevas plataformas de financiación deberán disponer de un capital social mínimo de 50.000€ o de un seguro de responsabilidad civil que cubra 150.000€/Año. También en multas de entre 25.000€ y 200.000€ para los emprendedores o empresas financiadas que no constituyan bien su empresa, no informen de forma correcta de su actividad, pongan problemas en posibles inspecciones o no inviertan el dinero que les han dado en lo que ellas habían prometido invertirlo.

Sin duda considero todas estas medidas bastante positivas, y no soy el único, ya que diversas plataformas de crowdfunding esperaban la regulación como una oportunidad. Se basan en dar confianza al inversor, al que tiene que poner el dinero, asegurándole que se va a controlar que las empresas que reciban su aportación estén bien organizadas y la gasten en lo que han prometido. 

Además se le garantiza al emprendedor o empresa que la plataforma tiene un capital social suficiente para hacer frente a su actividad, y si hubiese algún problema, un seguro que se hace cargo. 

Esto genera confianza, entre inversores y emprendedores, lo que sin duda será positivo para el crowdfunding, pero hay de todo en los planes de regulación. 

Pasemos ahora a las medidas que considero negativas, las limitaciones.

Es aquí en donde la propuesta de regulación corta las alas del crowdfunding, no posiblemente a nivel de usuario final, sino desde el punto de vista de grandes inversiones. 

Se plantea la limitación de invertir un máximo de 3.000€ por persona en un mismo proyecto, el límite de invertir 6.000€ por persona al año en la misma plataforma de financiación, y que no pueda existir ningún proyecto que supere el millón de euros de recaudación. 

Kickstarter

Logicamente este tipo de medidas no nos afectan a los que financiamos un juego por 15€, o nos aseguramos unos buenos regalos por 60€. Mucho menos a los que aportan de euro en euro o algunos céntimos. Pero creo que todos tenemos claro que los grandes proyectos de crowdfunding no se financian únicamente con micro-aportaciones. 

En muchas ocasiones entran en juego los inversores profesionales, esas personas que manejan buenas cantidades de dinero y que se dedican a invertirlo en proyectos que puedan resultar rentables o que, simplemente, les gustan. 

Este perfil de personas se queda completamente fuera de juego en nuestro país, teniendo que recurrir a otras medidas tradicionales y más reguladas para realizar inversiones de grandes cantidades. Si alguien quiere aportar a un proyecto 4.000€, simplemente, no podría. Si alguien quiere aportar 2.000€ a 4 proyectos de una misma plataforma de financiación, tampoco. 

Esto sin duda es un grave problema para la evolución del crowdfunding en España, ya que impide que los inversores serios y profesionales, accedan a este sistema de financiación. Y no son pocos los que podrían hacerlo. Famosos son los casos de financiación colectiva, especialmente en el extranjero, que se vieron financiados gracias a grandes aportaciones de personas más o menos conocidas de nuestro sector. 

El mismo creador de Minecraft ha sido una de las personas más activas en Kickstarter, llegando a aportar grandes cantidades a muchos proyectos. Si “Notch” hubiese nacido en España, y hubiese utilizado por ejemplo Lanzanos para aportar dinero a los proyectos que le gustan, es muy posible que con esta nueva legislación se hubiese quedado sin ayudar a muchos proyectos en 2013.

Por tanto las limitaciones a la aportación que se plantean desde el gobierno suponen un freno importante para la evolución tanto de los proyectos como del sistema de financian en nuestro país. 

Si, las excusas que se esgrimen para tomar estas medidas pueden ser lógicas, como por ejemplo evitar el blanqueo de dinero, pero seguramente hay formas de hacerlo sin poner límite a los proyectos a financiar. 

Investigar las fuentes de dinero a partir de cierta cantidad sería un buén ejemplo, pero debe buscarse la formula para que el control de la inversión y su legalidad no suponga un freno para los proyectos en este país. Broken Age, Oculus Rift, Ouya, Project Eternity o Mighty No. 9 son proyectos que jamás podrían llegar a financiarse en España igual que en el extranjero si la nueva legislación llegase a salir, debido al límite de 1 millón de euros de recaudación por proyecto.

Oculus Rift

Por tanto, y vuelvo a repetir que es mi opinión, considero que la propuesta de legislación sobre el crowdfunding deja diversos puntos que se deberían mantener, como todos aquellos que se centran en generar confianza en inversores y emprendedores, ya que considero que ayudaría a que más personas de todas las edades aportasen dinero a estos proyectos. 

Pero también creo que los límites de inversión y recaudación marcados cortan las alas de este sistema de financiación. Básicamente lo limita a pequeños proyectos, a pequeñas inversiones, forzando de esta forma que cualquiera que quiera hacer “algo grande” tenga que seguir contando con los bancos o con los inversores tradicionales. Tal vez unas medidas demasiado proteccionistas con el sistema financiero que conocemos desde siempre. 

No obstante hay algo que no se puede poner en duda, y es que todo el ruido relacionado con el crowdfunding que está provocando el anuncio del gobierno ayudará a que muchas más personas añadan esta palabra a su vocabulario. Apuesto a que hace dos días muchos no conocían siquiera la existencia de este modelo de financiación. 

Posiblemente algunos de los que leeís estas letras hayáis tenido que explicar en vuestra casa, ya sea a vuestros padres, tios, abuelos, etc. en qué consiste este concepto tan extraño llamado crowdfunding del que han hablado hoy todos los informativos. 

Mi deseo es que, al menos, toda esta publicidad, ayude a que un sistema de financiación tan democrático como el crowdfunding se extienda en la sociedad y se vuelva más popular. Tal vez, gracias a ello, podamos conseguir lo que los gobiernos no consiguen por mucho que lo intenten, que vuelva a fluir el crédito, aunque sea a cuenta de nuestro bolsillo…