Un paseo por el Halo (parte II)

Tras la destrucción de la instalación Alpha Halo, el Jefe Maestro regresa a la flota colonial para continuar la guerra contra el Covenant. Por otra parte, el comandante élite de las tropas Covenant, llamado Inquisidor, es castigado y torturado ante los profetas de la alianza responsabilizado de la destrucción del Halo Alpha. Guiados por supersticiones de carácter religioso, los Covenant fijan la vista en un segundo Halo como vía para iniciar “El gran viaje”. El Jefe Maestro y sus compañeros, intentarán evitar la activación del Halo, ya que esconde un enorme poder destructivo capaz de borrar todo rastro de vida en el universo.

Hizo falta una deconstrucción de Halo: Combat Evolved para quedarse lo mejor de este y empezar, prácticamente desde cero, a construir una nueva experiencia de juego.  El, por aquel entonces nuevo, motor Havok aportaría una nueva dimensión a este universo.

Una de las cosas de agradecer en esta segunda entrega de Halo es la inversión en guionistas. El hilo argumental y las escenas cinemáticas son considerablemente más extensas y trabajadas que en el anterior juego, dejando ver una sólida y sustanciosa historia de ciencia ficción.

Tras regresar de su misión anterior, el Jefe Maestro toma contacto en la estación Cairo con la almirante Miranda Keyes, hija del capitán Keyes, caído ante los flood. Pronto, la estación Cairo es invadida por los Covenant en un trepidante inicio del juego. Posteriormente la batalla nos llevará a la Tierra para reducir la ocupación Covenant  con la colaboración del Sargento Johnson. Por otra parte, la historia nos sitúa por primera vez en las premisas del enemigo. El juicio al Inquisidor por su fracaso nos abre otra perspectiva provocando una empatía que el juego explotará posteriormente al ponernos al control de este para llevar a cabo un ''pequeño' golpe de estado contra la facción religiosa de los Covenant, la cual pretende activar el Halo Delta y es liderada por 'El Profeta', fuertemente aliado con la raza Brute, representada por el caudillo Tartarus.

A partir de ese momento, la historia de Halo 2 se vuelve intermitente entre los dos puntos de vista. En lo que respecta al Jefe Maestro, su destino le lleva al siguiente anillo para tratar de impedir, una vez más, su activación. En el Halo Delta, Guilty Spark volverá a hacer de guía por  su instalaciones,  muchísimo más interesantes y aparentemente más sofisticadas que el anterior Halo. Evidentemente,  dichas instalaciones estarán ocupadas por los Brutes y los fieles al Profeta que pondrán trabas a nuestros intentos de impedir su plan. Como no, los flood se sumaran a la fiesta pero esta vez tendremos el privilegio de conocer a la mente pensante de los flood, el  Gravemind, al que hay que agradecer que se forme una alianza entre el Inquisidor y el Jefe Maestro. La unión hace la fuerza y ambos lograran su objetivo al derrotar a Tartarus a pesar de que  este ha logrado dejar a los anillos en un estado latente de activación remota desde "El Arca". El juego finaliza de manera totalmente abierta con Cortana haciendole compañía al Gravemind y el Jefe Maestro abordando una de las naves enemigas que se dirigen rumbo a la Tierra.