Assassin's Creed IV: Black Flag

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La vida pirata es la vida mejor

Regresa una de las franquicias más destacadas de la generación, esta vez transportando a los jugadores a la época pirata junto a Edward Kenway

30/09/2013 18:00
A un mes del lanzamiento de la nueva aventura que enfrenta a Asesinos y Templarios, hemos sido invitados a las oficinas de Ubisoft con el fin de probar de primera mano las habilidades de Edward Kenway para así ver las capacidades jugables y técnicas en su versión de nextgen, para PlayStation 4.
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Nos metemos dentro del Animus para vivir los acontecimientos que marcaron la vida de este carismático asesino en la época dorada de los piratas, a principios del siglo XVIII. Frente a la tradición autoimpuesta por la franquicia de avanzar siempre hacia adelante en la línea temporal, en esta ocasión Ubisoft nos recuerda que un antepasado de Desmond, abuelo de Connor Kenway, también tomó parte activa en la milenaria lucha entre asesinos y templarios. Viviremos la transición de su vida como temido pirata a maestro asesino en las turbulentas aguas del Caribe.

La novedad de esta edición es que  no viajamos  hacia  la  vida  de este ancestro de Desmond Miles mediante él mismo, sino que lo hacemos a través de una simulación a ojos de un  empleado de Abstergo, siguiendo la línea que se inició con AC: Liberation en PS Vita, convirtiendo la experiencia en un producto abierto al consumidor. En cualquier momento del juego podremos desconectarnos del Animus para regresar a las oficinas de la famosa multinacional para deambular por sus instalaciones y estirar un poco las piernas. La experiencia fuera del Animus no es la mejor jugablemente y sigue dando la sensación de ser meros espectadores del ambiente en las oficinas, sin apenas interacción con los demás empleados. Allí podremos ver a otros compañeros dentro de sus cubículos donde están experimentando con las memorias de otros sujetos y sus ancestros en épocas desconocidas. Moviéndonos por las diferentes estancias nos encontraremos con  puertas cerradas mediante tarjetas magnéticas asociadas a un número. Probablemente nuestro protagonista sea capaz de hackear la seguridad o poseer las tarjetas que permiten descubrir nuevas áreas de Abstergo y así descubrir más secretos en forma de documentos de texto, como así pudimos ver en nuestra experiencia sobre los mandos.

Assassin's Creed IV: Black Flag

El novedoso Dualshock 4 se adapta cómodamente a las manos del jugador, ofrece un buen agarre como el mejor de los timones y los gatillos son igual de fiables que las dos pistolas del pirata al que acompañaremos en su aventura por el caribe del siglo XVIII. Uno de los aspectos tan interiorizados de la franquicia, como es la  visualización del mapa, que en todas las entregas se lanzaba mediante el botón Select pasa al novedoso panel táctil presionando en el centro del mismo. La transición es notablemente más rápida que en las versiones anteriores y mediante la acción de juntar o separar los dedos ampliaremos o alejaremos el área de visión del mapeado. Con una leve pulsación podemos establecer un marcador que estará reflejado cuando pasamos a visión de juego. Y es que un buen mapa, completo, con todas las localizaciones es la herramienta fundamental para todo pirata que se precie.

Visualmente es un espectáculo, mucho más llamativo después de unas partidas en directo y es verdad que a cierta distancia es todo un festival para la vista. Sin saber exactamente la  resolución presentada en su versión de próxima generación, el framerate se mostraba muy constante y desarrollaba un movimiento muy fluido. Daba la impresión de moverse de manera muy fluida, seguramente a 60fps frente a los 30fps que mostrarán las versiones de actual generación.

Assassin's Creed IV: Black Flag

Ahondando en la experiencia de juego en sí, se nos ofreció interactuar con la historia ya avanzada y con la posibilidad de explorar el vasto mundo caribeño creado en esta ocasión, con multitud de pequeñas islas, naufragios y tesoros repartidos. El primer aspecto que llama la atención es que en la versión de nueva generación que hemos podido probar se mantiene la transición entre las ciudades y el mundo abierto, es decir, habrá pantalla de carga al entrar o salir de La Habana, Nassau o Kingston; algo que solo parecía afectar a las versiones de PS3, Xbox360 o Wii U. 

Dentro de las ciudades nos resultó agradable desbloquear el mapa exclusivamente subiendo a las tradicionales atalayas, abandonando el sistema empleado el año pasado en AC3 cuando Connor tenía que dar unos paseos completamente innecesarios para ir desbloqueando toda la niebla del mapeado, dado que las atalayas solo desbloqueaban una pequeña parte.

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