Resident Evil Revelations

No todos los días uno tiene la oportunidad de tener entre sus manos al próximo must-have de la nueva portátil de Nintendo días antes de su salida. Si el must-have lleva el título de la franquicia más conocida de Capcom, como comprenderéis, la oportunidad es aún más especial. Por eso cuando acudimos a nuestra cita en las oficinas de la gran N en la capital, lo hicimos sabiendo que estabamos a punto de vivir algo grande.

Tras acomodarnos en la salita cedida junto a otros medios, poner nuestros auriculares a punto o subir al máximo el efecto 3D (recordamos que no se hace desde el regulador de la consola si no desde el menú principal del propio juego [en los ajustes del mismo]), tuvimos el placer de disfrutar de los tres primeros capítulos del título, durante, aproximadamente, dos horas. He aquí nuestras impresiones de la experiencia ofrecida en ese intervalo de tiempo por la gran apuesta de Nintendo para el mes de enero.

Si no queréis conocer las sensaciones que a uno le producen las primeras horas si no poneros al día en lo que a la información del juego se refiere, os recomiendo encarecidamente echarle una ojeada a la preview publicada hace menos de dos noches por nuestro compi Uxio en este enlace.

Por otra parte, queremos avisar sobre los spoiler que puede contener el artículo. Si bien intentaremos no caer en ellos, puede que se nos escape alguno, así que leed las impresiones bajo vuestra responsabilidad. No nos hacemos responsables.

Lo primero que nos llama la atención del juego es su dificultad. En esta ocasión, a la hora de elegirla, no contaremos con las clásicas tres opciones de las últimas entregas de sobremesa. Únicamente podremos elegir entre dos: fácil o normal.

Lo que en un principio se nos plantea como una reducción en el desafío propuesto, pronto se muestra como una lección para muchos de los juegos de la presente generación, al tratarse en normal de un título exigente, que nos hará replantearnos si apretar el gatillo u optar por huir de los enemigos en más de una ocasión.

La ingente cantidad de monstruos en algunas fases, su inquebrantable resistencia (excepto a los headshoots), la poca munición que tendremos a nuestra disposición (algo que propicia la modesta cantidad máxima que podemos portar) o situaciones al límite, en las que no podremos hacer uso de las armas o no podremos movernos ni esquivar los golpes, porpondrán un auténtico reto para el jugador en todo momento. Distraernos podrá resultar fatal en algunos momentos.

Por desgracia, el incremento de la dificultad, algo que agradecemos en la época actual, no siempre se debe al rasgos positivos del juego, en ocasiones es por errores en el autoguardado. En el juego únicamente podremos guardar de forma manual al acabar los capítulos que componen la historia, el resto de veces se hará de forma automática al lograr un objetivo o atravesar una sala. ¿Cómo puede afectar ésto a la dificultad?

Con situaciones que nos sacarán de nuestras casillas al jugarnos malas pasadas. En alguna ocasión la partida se ha guardado en un punto en el que apenas teníamos salud, rodeados de enemigos, e incluso sin la clásica hierba a nuestra disposición para curarnos. No ha sido (ni parece) ser frecuente el error, todo sea dicho.