Columnistas
El encuentro de videojuegos europeo llega a Colonia el próximo miércoles con el objetivo de reafirmarse en un panorama de ferias cada vez más duro
Ciertamente, la GamesCom nunca ha decepcionado desde su estreno en 2009. Ha tenido años mejores o peores, pero siempre ofrece gran cantidad de contenido jugón. Es una feria destinada específicamente a los jugadores, y que se dedica a conectar a estos con los creadores de la forma más directa posible. El evento nos asegura principalmente que la prensa especializada pruebe muchos de los juegos que nos llegarán en los próximos meses, y con ello comienzan a surgir las primeras impresiones realmente fundamentadas sobre lo que más esperamos del sector.
Además, no suelen faltar los anuncios inesperados de juegos, algunos de ellos de altísima importancia a nivel mundial, y también la presencia de algunos de los genios de los videojuegos que dan sus pinceladas sobre el futuro de la industria. Vamos, que pasamos unos días de agosto entre tráilers debut, primeros gameplays, algunos teasers y pruebas de juegos esperadísimos. Pero aunque contáramos con todos esos ingredientes, no aseguran en absoluto que la Gamescom vaya a gustar a la comunidad jugona, siempre difícil de contentar en su totalidad.
Y es que venimos de una serie de eventos que han tenido un buen nivel. El E3 de este año, a pesar de no ser perfecto, ha ofrecido gran cantidad de buen contenido y se sitúa sin lugar a dudas como uno de los mejores del último lustro, aunque quizás por debajo de la edición del 2013. La Game Developers Conference, dentro de su especialización, también tuvo momentos para el recuerdo. Incluso la Comic-Con, que no siempre surte de contenido la actualidad del videojuego, dejó un par de detalles interesantes que la hicieron brillar más de lo habitual por estos lares.
Por ello, se espera más de lo normal en la edición de este año, especialmente teniendo en cuenta que se esperaban muchos anuncios para el E3 que finalmente no se llevaron a cabo. Hay mucha responsabilidad para la organización, y se espera que hayan cerrado ya los acuerdos suficientes para ofrecer buenas sorpresas cada uno de los días del evento. Nos gustaría estar en la mente de estos organizadores; ¿estarán nerviosos por no cumplir las expectativas, o tranquilos por saber que tienen organizado un buen evento?
Hay muchos motivos para dudar de si la feria estará o no a la altura de lo que se espera, ya que se espera mucho y muchas veces los deseos van más allá de la realidad. Pero también es injusto dudar de una feria que tiene una trayectoria prácticamente impecable, con un trato exquisito a los medios y una media de anuncios por año bastante importante. No en vano se le considera en muchos círculos como la segunda feria más importante del mundo del videojuego, obviamente solo por detrás del E3.
Aunque el TGS sigue teniendo prestigio, la tendencia negativa de los últimos años ha beneficiado a la GamesCom
Sencillamente se debe hacer valer esa posición de prestigio, ganada con trabajo duro y profesionalidad. No deben perderse esos valores, especialmente ahora que otros eventos están intentando apretar y ganarse el puesto a nivel mundial. ¿Puede perder esta posición ventajosa en el panorama actual? Claramente sí, pero sería más por demérito de la propia GamesCom que por lo que pudieran hacer los demás. Si se sigue con el buen nivel y la línea incluso ascendente de los últimos cinco años, nos deberíamos preguntar más bien si a la larga podría llegar a comerle terreno al E3 (si es que no lo hace ya) más que si lo puede perder ante otros eventos al alza.
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