Creepypastas Pokémon (X)

Reportaje

Estás en: Pokemaster > Artículos > Reportaje - Creepypastas Pokémon (X)

El Muñeco Abandonado

Nunca olvides tus promesas...

02/07/2014 17:30
Las creepypastas son historias ficticias de corta duración cuyo objetivo es asustar y perturbar al lector. Aunque no tienen base real, no son aptas para gente sensible. Si eres impresionable o te asustan las historias de terror, te recomiendo que dejes de leer. Esta historia no me pertenece, yo simplemente he editado el texto para mejorar su narrativa.
Paginas Planas Pokémaster

Soy su muñeco favorito. Me lleva a todas partes, bien sujeto entre sus pequeñas manos. Todo lo que hacemos, lo hacemos juntos. Me lleva a la escuela, cuando se va a dormir fuera de casa, cuando sale a cenar, e incluso cuando va a la piscina.

Somos inseparables. Ella me ha prometido que el día en que se convierta en entrenadora Pokémon me llevará con ella. 

Sé que no soy como los demás muñecos. No soy suave, ni bonito. Pero ella dice que eso es lo que le gusta de mí. Dice que yo soy único.

Día tras día veo a mi niña crecer. Le han regalado nuevos muñecos, pero no importa. Sigo siendo su favorito, ¿verdad? Pero entonces... ¿por qué juega tanto con sus nuevos juguetes? ¿Por qué ya no me lleva cuando va a dormir a casa de sus amigas?

No sé cuánto tiempo ha pasado. Llevo mucho tiempo en este rincón oscuro. Pero no importa. Puedo ver a mi niña, está creciendo muy rápido.

Hoy algo me ha despertado. ¡Es ella! Me toma en sus brazos y sonríe. Vaya, sí que ha crecido. Pero aún es mi niña. Seguro que ahora recordará todos los buenos momentos juntos y volverá a dormir conmigo, volverá a llevarme allá donde vaya.

No... ¿por qué haces esto? ¿Por qué me has metido en esta bolsa con todos estos juguetes viejos? 

No sé dónde estoy. Está oscuro y estoy rodeado de basura. Comida putrefacta. Envoltorios y paquetes vacíos. Y los juguetes rotos de mi niña.

Ya comprendo... me ha deshechado. Me ha arrojado a la basura como si fuera un juguete viejo. Este no es mi sitio. No lo es. 

Mis brazos se retuercen. Mis garras destrozan la bolsa que me aprisiona. Mis ojos brillan en la oscuridad, rojos como la sangre. Ya no sonrío. Mi boca se tuerce en un gesto de ira y rencor. 

Salgo del contenedor. Ahora sé mi nombre. Soy Banette. Y no soy basura. Encontraré a mi niña y le demostraré por qué no es buena idea haberme deshechado. 

La buscaré y le daré un abrazo... un abrazo que no olvidará... 

El barrio es tal y como recuerdo haberlo visto tiempo atrás, desde los brazos de mi niña. Miro por última vez al contenedor en el que he despertado. 

Basura. Qué ironía. Yo soy el favorito. Siempre lo he sido. Y esta no es forma de tratar a un favorito. 

A medida que avanzo las casas le resultan más familiares. Muchas veces mi niña y yo dormimos en aquella casa, con su amiga. A ella yo no le gustaba, pero mi niña siempre me defendía... Aquí solíamos venir los domingos, a la barbacoa que organizaban los vecinos... Esta casa tiene una piscina en la que me caí una vez y mi niña me secó al sol... Pero estos recuerdos no calman mi ira. El rencor se hace más fuerte, gracias a su traición...  

Anterior
12
Siguiente1 de 2 páginas