Análisis Quantum Theory

Pasó con Breed o Haze, los Halo-Killers; también lo sufrió Ninja Blade, el God of War-Killer; y le pasa a este Quantum Theory, llamado a ser el Gears of War-Killer pero que se ha quedado muy, pero que muy en el camino.

Y es que estos killers suelen llegar con la intención de ocupar un hueco en una plataforma que no se tiene. En este caso, Tecmo anunció Quantum Theory como un exclusivo para PlayStation 3 que iba a competir con el buque insignia de Epic Games. Esto obviamente llenó de orgullo y satisfacción a los usuarios de la consola de Sony, que ya no veían motivos para desear la última obra de Cliffy B. Parece ser que a la compañía nipona le dió un ataque de pánico cuando se percató de las espectativas y decidió lanzarlo también en Xbox 360. No se sabe si fue una decisión acertada o lo que desencadenó una serie de acontecimientos que desembocó en lo que tenemos hoy en nuestras manos.

Porque no es solo que Quantum Theory esté lejos de convertirse en una alternativa sólida, sino que además difícilmente podría encajar como uno de esos juegos de nivel regular que pueblan las estanterias y que de vez en cuando nos dan una sorpresa agradable. Quantum Theory es uno de muchos, pero sin las virtudes de otros, y siempre con la sensación de que se podría haber llegado algo más lejos.

Historia

La historia de Quantum Theory es más interesante a priori de lo que luego resulta al jugarlo. Parte de una buena idea, que quizás ha sido mal narrada en el título y no consigue enganchar al jugador en ningún momento, ya sea porque se pierde entre una serie de narraciones esparcidas en la acción o bien porque el juego se inicia de manera caótica, y luego intenta utilizar en balde el recurso de intentar dar sentido a lo que pasa ante nuestros ojos. Es difícil establecer el motivo de la mala estructura narrativa del título; la cuestión es que no da la talla.

Encarnaremos a Syd, un héroe típicamente americano pero pasado por el filtro oriental. Nos queda como resultado un tipo con malas pulgas pero de pasado turbio, y lo controlamos sin saber muy bien de donde viene y a donde va, lo que nos puede descolocar al principio. El juego se inicia con Syd y una compañera en una extraña estructura organica, que al parecer han destruído ellos mismos. En la huída de este edificio será donde nos empecemos a familiarizar con el control y con el estilo de juego. Justo antes de que abandonemos la torre nuestra compañera morirá, y el protagonista nos hará saber que no es la primera que muere a su lado en esta misión suicida.

Digamos que hasta ese punto, todo lo que ocurre forma parte del tutorial, y a partir de entonces empieza realmente el juego. Nos uniremos a la resistencia humana que lucha contra los infectados por la diablosis, una enfermedad surgida de las misteriosas torres y que transforma a los seres humanos en despreciables monstruos asesinos. Syd, sin mediar palabra, luchará al lado de estos soldados para entrar en el edificio. Una vez allí conocerá a Filena, la que acabará siendo su nueva compañera. A partir de entonces, todo es secreto de sumario, aunque obviamente todo irá relacionado con el origen de las torres y de la extraña pandemia.