Análisis Rune Factory 4

Rune Factory 4 llega al Viejo Continente...como puede

La saga 'Rune Factory' está muy ligada a la consola Nintendo DS, pues es en este sistema en el que ha lanzado sus juegos canónicos que son, a la vez, los mejores títulos de la franquicia. Era de esperar que acabara llegando a Nintendo 3DS, como finalmente así fue hace un año en Japón. 'Rune Factory 4' salió en territorio nipón con dudas por la situación financiera de su desarrolladora, pero convirtiéndose finalmente en la entrega más exitosa de siempre. Y es que esta cuarta entrega canónica perfecciona los elementos clásicos de la saga, eso sí, sin llegar a arriesgar demasiado en ningún momento.

Vamos, que toda esta situación hizo que durante mucho tiempo se creyera que esta nueva entrega no iba a llegar a Occidente, y menos aún a Europa. Al final, aunque paso a paso y no en las mejores condiciones, sí que ha llegado a nuestro continente, aunque lo hace totalmente en inglés y solo en formato digital. Si bien con otras obras esto supondría una dolencia bastante castigable, en este caso casi es un milagro que haya llegado a nuestras tierras. La compañía estaba feliz con este lanzamiento, y planeando ya una quinta entrega, cuando todo se fue al traste y tuvieron que echar el cierre. Más nos vale saborear este 'Rune Factory 4' porque el futuro es bastante incierto.

Pero vamos a lo que importa: los que conozcan la licencia 'Rune Factory' ya conocen sus elementos básicos: se trata de un JRPG con bastante acción que se mezcla con elementos de simulación al tener que realizar diversas tareas en la ciudad, además de divertirnos cultivando nuestro propio huerto, cocinando o pescando. Podremos seguir la historia, donde visitaremos diferentes mazmorras y deberemos mejorar a nuestro personaje y su arsenal durante las batallas, y también tendremos la obligación de realizar tareas como príncipe o princesa y trabajar para el pueblo de Selphia, relacionándonos con otros personajes para mejorar nuestro renombre, e incluso tener la posibilidad de encontrar nuestra media naranja. Otro elemento común con la serie es que, cómo no, nuestro protagonista sufre amnesia al inicio de la aventura.

Si no estamos en Selphia, tocará recorrer bosques y mazmorras para acabar con el mal del mundo

El protagonista, que puede ser hombre o mujer según nuestra elección, va en una nave voladora hasta Selphia y es atacado por el camino, siendo golpeado en la cabeza y perdiendo la memoria. Su atacantes deciden lanzarlo por la borda, y esparcen un objeto que portaba como regalo en varios trozos desde el cielo. Con mala o buena suerte, acabamos cayendo sobre VentusWill, uno de los dragones que gobiernan el mundo del juego. Este extraño anfitrión nos recibe con bastante interés, ya que podríamos ser el príncipe o princesa que esperaban en este lugar antes del ataque. Aunque luego se descubre que no es así, el príncipe real de Selphia decide convertirnos en su representante personal y hacernos trabajar para él y para el pueblo.

A partir de este momento, podremos elegir entre realizar misiones junto a compañeros y subir de nivel, cambiando de equipo y consiguiendo algunas habilidades, o realizar tareas mundanas de todo tipo, consiguiendo esa fórmula única sacada de la saga de que la 'Rune Factory' es en parte heredera, 'Harvest Moon'. Podemos intentar conocer nuestro pasado y desvelar quién ideó el ataque, o dedicarnos por completo a socializarnos en Selphia y ser recordado como un gran regente. Vamos a concretar un poco más en las acciones que podemos realizar en el juego.

Con la clásica jugabilidad de Rune Factory

Como decíamos anteriormente, los que hayáis jugado a anteriores episodios de la saga 'Rune Factory' o a títulos de 'Harvest Moon', sabéis más o menos lo que os podéis encontrar. Quizás el plano de las acciones sociales y de simulación son las más características del juego, y dentro de todas ellas sigue teniendo un papel muy destacado el cuidado de nuestro propio huerto. Tocará cavar las distintas zonas, plantas semillas a nuestra elección y cuidar de regarlo todo bien para que las plantas crezcan sanas. No solo plantas, sino también runas, objetos e incluso mazmorras únicas; pueden pasar muchísimas cosas en nuestro huerto. El cuidado de nuestro huerto se retroalimenta con las acciones que realicemos para el pueblo, y a la vez tiene un efecto directo en nuestro personaje y sus habilidades. Por ello, gran parte de la acción se vehicula desde esta vertiente.

Conrear nuestro huerto sigue siendo una tarea primordial en el juego

Pero todas estas acciones de simulación tienen un nexo en común: nuestro papel como príncipe o princesa de Selphia. Para poder comprar mejores objetos tanto para los combates como para el conreo de la tierra, es necesario hacer que Selphia sea cada vez mejor, más grande y con más recursos. Para ello necesitaremos realizar ciertas órdenes, y para realizar esas órdenes necesitaremos puntos de príncipe. ¿Cómo conseguirlos? Pues intentando satisfacer las peticiones de los ciudadanos, que llegarán a nuestro buzón cada día y que podremos aceptar o no. Relacionarnos con ellos para que tengan mejor opinión también nos facilitará la tarea. Podemos, por ejemplo, regalar nuestros cultivos a ciertas personas. Gracias a los nuevos sistemas de relación social, podremos hacer fiestas y comprometernos con ciertos NPC.

La otra vertiente de la jugabilidad, la de la acción y la exploración de mazmorras, también es bastante continuista tanto en lo visto en la franquicia como en otros juegos del género. Se trata de un sistema de combate bastante enfocado a la acción, en el cual nos vamos equipando objetos y armas, utilizándolas con el botón "B" y realizando combos en este botón. Contamos también con magias a las que se puede acceder a través del mismo menú, con gatillo izquierdo, cambiando cualquier objeto o habilidad de forma muy rápida y cómoda. Por todo ello, el combate es fluido e intuitivo, aunque quizás algo simple en su concepción. No añade mucha novedad, pero se mantiene en concordancia con la importancia que tiene en el conjunto de la jugabilidad de 'Rune Factory 4'.

Los caminos están llenos de monstruos, pero será inevitable aventurarnos por ellos

Estas son las dos partes de la jugabilidad, los dos tipos de acciones que podremos realizar, que como veis se dividen en un montón se acciones más concretas en las que ocupar nuestro tiempo. Si bien para que todo avance tendremos que hacer un poco de todo, al final podremos dedicar más esfuerzos en aquello que nos divierte y también recibiremos réditos. El objetivo es conseguir un buen huerto que nos dé réditos y conseguir runas, que son la forma de energía del juego con la que podremos realizar todas las acciones del mismo. Vamos, que todos los elementos serán ya de conocimiento de todos respecto a anteriores juegos, pues no es un título especialmente revolucionario en ese sentido.

Ni mucho menos queremos decir que no haya novedades, que las hay. La principal es una serie de opciones que tenemos disponibles para socializarnos con otros personajes, con muchas más acciones que podemos realizar para caer bien a la gente e incluso para iniciar un intenso romance. Es el apartado donde más se notan las mejoras. Pero no es la única: nuevas posibilidades en las acciones a realizar, como el conreo o la pesca, así como la posibilidad de iniciar la aventura eligiendo hombre o mujer, algo que no siempre ha estado disponible en los juegos de 'Rune Factory'. Pocas novedades, sí, pero bastante acertadas.

Fantástico juego al que le espera una fría acogida

Queda claro, pues, que 'Rune Factory 4' es un juego tremendamente divertido y con muchas cosas que hacer, que está pensado para atraparnos (si nos dejamos atrapar) durante un buen puñado de horas. ¿Y qué tal a nivel técnico? Ciertamente el título luce fenomenal, ya sea durante el propio juego o en las cinemáticas, muy cortas pero bien elaboradas, que sirven para introducir personajes y nuevas situaciones. Los niveles tienen un acabado genial, y la villa de Selphia es variada y llena de vida. En cuanto a la música, tiene una factura bastante básica, pero con melodías suficientemente buenas para gustar. No esperéis tararearlas en vuestro día a día, pero sí que acompañan bastante bien la acción.

Las cinemáticas son cortas, pero muy bien realizadas

Es ciertamente un juego que entra muy bien por los ojos, lleno de elementos y muy fluido en todo momento. Hay multitud de enemigos y personajes secundarios, lo que da cuenta del mimo que se ha puesto en el desarrollo para crear un entorno variado y agradable a la aventura. Pero si los diseños de los mismos son buenos, no se quedan atrás en la personalidad de los mismos. Los personajes son simpáticos, cada uno con su personalidad, y a pesar de la pesadez de los diálogos nos ofrecerán algunos momentos memorables. En definitiva, Selphia es un lugar muy agradable en el que pasar nuestras horas.

Nos encontramos ante un grandísimo juego para Nintendo 3DS, muy pulido en todos sus aspectos y con muchísimas horas de juego por delante. Un juego que nos ofrece una historia digna que seguir, pero que lo mejor que tiene es un montón de cosas que poder hacer en su universo. Podemos superar la historia, y a pesar de ello tener infinitas cosas que hacer en Selphia, siendo un juego sin fin si nos atrapa. Todo está hecho para gustar, para que nos quedemos un día más en Selphia y pensemos en la siguiente acción a realizar. Un juego increíble, sin duda, que por desgracia van a jugar los de siempre. Estar totalmente en inglés y salir en digital limitan un juego interesante a los que ya lo conocen de antemano.

El combate en el juego es fluido y muy divertido

Pero qué podemos decir de un juego que llega a nuestro territorio cuando nadie lo esperaba, y para alegría de no pocos seguidores de esta fórmula. Son castigables las formas, sí, pero nos da más o menos igual: vamos a poder disfrutar de este gran juego finalmente. Quien lo conozca, ya sabe que no tiene que perdérselo. Quien lo desconozca, posiblemente no de el paso de descargarlo y enfrentarse a inacabables textos en inglés. Veremos qué depara el futuro para esta licencia; Neverland ya va a tener poco que decir sobre ello. Como lazo a su trayectoria, un título tan genial como cabría esperar de ellos.