Análisis Fable III

Respecto al sistema de combate Fable III repite el esquema que lució en su segunda entrega, basado en la lucha con un sólo botón, de forma que nos volveremos a encontrar con batallas sencillas pero entretenidas. En este caso se han añadido una buena cantidad de animaciones nuevas para golpes contundentes. Estos se logran dejando pulsado el botón de ataque para cargarlo durante un tiempo logrando que el personaje consiga un impacto mayor en el/los enemigo/s. En el caso de las armas cuerpo a cuerpo resulta muy espectacular porque la acción se ralentiza y se han implementado una buena variedad de movimientos, desde algunos cómicos como señalar a un punto para distraer al enemigo y así zurrarle hasta otros más "hardcores" como el atravesarle la cabeza desde el suelo o torcerle el cuello con las piernas. ¿Alguien dijo que este juego es infantil?

Pasaremos gran parte de la aventura peleando y por ello se echa de menos algo más de variedad en el combate, no hay salto ni combos, sólo podemos llevar un arma a la vez y algo como aprovechar una defensa sincronizada con ataque como sucede en Assassin's Creed - que tampoco es un ejemplo de combate variado, todo sea dicho - no hubiese venido nada mal.

Respecto a la IA de los enemigos hemos de decir que se mantiene a un buen nivel en general, con la historia más avanzada algunos enemigos no dudarán en atacarnos a la vez y se mantendrán a distancia mientras cargamos un ataque - algo que nos impide movernos del sitio - para posteriormente lanzarse cuando golpeemos al aire, en cambio otros más sencillos suelen ir a por nosotros sin pensárselo tanto, es una delicia ver cómo usamos la contundencia de un buen puntapié para elevarlos varios metros sobre el suelo (incluso en el menú se indicarán estadísticas como esa, distancia máxima de pateo).Tampoco esperéis que ningún combate suponga un reto importante, quizás algún jefe nos lo ponga algo difícil, pero tampoco demasiado. Cuando recibimos varios golpes seguidos la pantalla luce un leve brillo rojizo que parpadea y podremos recuperarnos bebiendo una poción, comiendo o dejando que pase un tiempo a base de mantenerse lejos de los golpes, esquivar y cubrirse. En caso de que no logremos reponermos y caigamos no moriremos realmente, reapareceremos al instante en el mismo sitio y en perfecto estado, solo que veremos que la recompensa obtenida en ese combate se reduce a la mitad.

Respecto a las relaciones con el resto de personajes el sistema ha sufrido varios cambios a mejor y se han corregido aspectos que no gustaron demasiado en Fable II. Para empezar la interacción con otro individuo será individual, se acabó de eso de echarse un baile y un par de posturitas para que todo un enjambre de pueblerinos nos cubra de halagos, ahora toca currárselo de lo lindo si queremos ganarnos la amistad de la gente, que tras la interacción nos pedirá un favor para que ganemos su confianza. Más difícil será querer formar una familia, necesitamos un buen cortejo, dinero para regalos, una casa, montar una buena boda... por suerte todo será muy intuitivo, bastará con coger de la mano a la mujer y dirigirse al cartel de la casa en cuestión. Mudanza hecha, ahora a tener hijos y cuidarlos o se los llevarán al orfanato.

Quizás uno de los puntos a destacar en el desarrollo de la aventura es la variedad de sus misiones "principales". Salvadas las primeras dos horas, que como ya dijimos son meras excusas para conocer lo que ofrece Albión y sus gentes, nos encontramos misiones serias e hilarantes, de rescate, de encargo, favores de moralidad más o menos aceptable... lo mismo rescatamos un libro para que dos hermanos muertos se monten su propia fiesta de Halloween que recorremos el desierto para llevarle un cerebro embotellado a un vidente alquimista (algo que agradecerá, y el cerebro también), liberamos una aldea de lobeznas criaturas o investigamos un extraño sabotaje. Unido a una variedad de entornos más que notable (incluso las cuevas y grutas se diferencian entre sí) se suple en parte la poca profundidad del combate y convierte el juego en una experiencia que entretiene y divierte. Sumarle que con el tiempo iréis desbloqueando decenas de opciones como robar, alquilar o reparar una vivienda equipándola con distinto mobiliario más o menos lujoso, empeñar algo o regatear y vuestro desconcierto inicial se irá diluyendo a medida que sumáis seguidores y el trono está cada vez más cerca.

Además muchas de las submisiones irán entrelazadas, de forma que un encargo puede derivar en una posterior búsqueda y el objeto encontrado provocar nefastas consecuencias que más tarde podremos (o no) enmendar. También existirán misiones típicas de recolección: llaves de plata y oro, libros raros, plantas, gnomos malvados...aunque podamos ventilarnos el juego en 8 horas Albión nos tendrá ocupados unas cuantas más, desde luego.

Para finalizar el apartado, una vez que nos hagamos con la corona tenemos que lamentar el poco aprovechamiento que podría haberse dado a tan jugosa novedad, el juego nos plantea una agenda con varias decisiones simples acompañadas de vídeos promocionales GC con las consecuencias de la decisión y alguna misión que nos sacará de palacio, pero apenas nos llevarán una-dos horas hasta que salgan los créditos. Por supuesto la historia continua tras ellos y podremos seguir mejorando a nuestro rey con un buen puñado de misiones (las que nos quedasen y varias que se desbloquean) pero es una lástima que este aspecto no se haya aprovechado más con todo el potencial que tenía. Como tantas cosas en el juego, al final se ha querido simplificar la resolución de la historia y muchos jugadores se quedarán con ganas de más.