Molyneux, el humo se disipa

Pero dejemos las declaraciones y las apariciones públicas en general; centrémonos en los juegos. Desde 'Black & White', el creativo ha tenido un ritmo decreciente en cuanto a calidad de sus creaciones. Lejos quedan los 'Populous', los 'Syndicate', los 'Magic Carpet' o los 'Theme Park';  ahora Molyneux se muestra básicamente como una bola de cristal cuya sabiduría le permite opinar de toda la actualidad del videojuego. Esto vale, esto no vale; como si todo fuera uno de sus míticos 'God Games', Molyneux aprovecha para verlo todo desde su altar, y ese humo que siempre desprendía pero con el que a veces cumplía comienza a disiparse.

Peter Molyneux lleva meses, incluso años, dedicando más tiempo ha hablar de otros que a trabajar en sus proyectos

Pero, ¿por qué deberíamos creer y hacer caso a un creativo que ya no crea, o que ya no lo hace en unos parámetros de calidad como los que se esperan de un nombre tan ilustre? Esa mentalidad ha provocado que muchos usuarios, especialmente aquellos que nunca han sido muy seguidores de la figura del genio británico, prácticamente se rían en su cara cada vez que decide soltar una de las suyas. Ya ni siquiera es Mister Hype, como era conocido, porque ni siquiera levanta expectativas. A sus fans de verdad nos causa mucha tristeza verlo de este modo, pero es la pura realidad. Mejor analizarla que negarla.

Tenemos dos opciones para justificar el bajón de este gurú de los videojuegos, de una de las figuras más importantes de la historia del desarrollo en Europa. La primera, ya expuesta en un artículo de esta web de hace ya un tiempo, sería barajar la posibilidad de que la figura de Molyneux no fuera tan excelsa como podríamos pensar inicialmente. Casualmente, la gran mayoría de sus obras maestras las creó junto a Les Edgar en la mítica Bullfrog, formando un tándem en el que parecía ser protagonista. ¿Y si no fuera así? ¿Y si quizás su mente no fuera tan importante como creíamos hasta ahora?

Pero pensemos en una posibilidad más halagüeña para los fans y para el propio Molyneux, una un poco más acorde con la imagen que tenemos de él y que sin duda se merece. Es posible que simplemente no haya sabido adaptarse a los nuevos tiempos de desarrollo de videojuegos. Y es que hará ya una década que la tendencia de los juegos de Molyneux es descendente, con muchas promesas y pocas realidades, y con una importancia cada vez menor a nivel mediático. Está adoptando un papel secundario en la industria y eso es realmente peligroso para él mismo.

'Fable' fue la última chispa de genialidad, y a pesar de eso tiene tantos detractores como fans

Ahora solo nos queda esperar al lanzamiento de 'Godus' para ver si este Fénix resurge de sus cenizas y nos sorprende de verdad. Tras su intrascendente (en el sentido más aplastante de la palabra) paso por Microsoft Game Studios y su casi humorística carrera en 22 Cans, cubos y desvaríos mediante, el respeto del creativo pende de un hilo. Su credibilidad está bajo mínimos, y de una forma totalmente justificada. Solo puede remontar la situación con un juego de demuestre que está a la altura de su leyenda, y que aún es capaz de sorprender a la industria.

Quien suscribe este artículo es fan acérrimo de Molyneux, adora su trabajo pasado y su maestría elaborando imborrables obras maestras. Pero también opina que es muy probable que los buenos tiempos del creativo inglés hayan pasado, que haya ya poco lugar a la esperanza. No se han dado destellos de creatividad, esos toques de genio que hagan pensar que queda algo del viejo Molyneux ahí dentro. Algunos brotes de locura que no son sinónimo de nada, y que ni tan siquiera tienen esa chispa que nos haga esperanzarnos. Parece ser que a Molyneux, como a otros enormes creativos como Yu Suzuki o Yuji Naka, van a pasar a un segundo plano de forma irremediable. En una industria tan competitiva y a veces tan injusta, las rentas sirven de bien poco.

Esperemos, no obstante, que 'Godus' consiga despejarnos todas esas dudas y traernos de vuelta al mejor Peter Molyneux. Él es uno de los mejores exponentes del desarrollo europeo, uno de esos genios en los que vale la pena reflejarse si uno piensa en algún momento en ser desarrollador.  ¿Lo hemos perdido para siempre? La cabeza me dice que sí, pero el corazón se esfuerza en creer que no. Que sean sus juegos los que hablen.

Molyneux ha influenciado a toda una generación de desarolladores, pero ¿hay espacio para él mismo en la industria?