Análisis F1 2011

Apartado técnico

Tras mostrar sus sobradas virtudes en otros títulos de conducción como la saga DIRT o el solitario GRID (veremos por cuánto tiempo), el motor gráfico EGO consiguió el año pasado unos resultados notables en su debut con la F1 pero con altibajos. Un trabajo encomiable en aspectos como el modelado de coches o los efectos climáticos pero pagando el precio de la estabilidad y la tasa de frames, pecado capital tratándose de un juego donde la sensación de volar al volante debe ser capital.

El efecto de la lluvia volverá a impresionar por su gran fidelidad

Después de un año de desarrollo, el estudio británico ha conseguido solucionar en parte algunos fallos de índole técnica que incrementarán la vistosidad de las carreras. A nivel gráfico el juego sigue gozando de modelos calcados a los coches reales, escenarios bien detallados, una iluminación que mejora en los reflejos de lluvia e incluso se permite representar marcas de seco en pistas mojadas, un surco por el que más vale no perdernos.

Todo parece algo más detallado y definido, aunque no siempre el resultado queda mejor. Otra cuestión es el framerate, que si bien presenta mayor estabilidad que el curso pasado sigue dando tirones en situaciones de estrés, aglutinaciones de coches (la salida suele aguantar el tipo salvo que haya choques en la primera curva) y algunas paradas de boxes, y es que ya desveló el estudio en uno de sus diarios de desarrollo que conseguir animar a todo ese equipo de mecánicos trabajando como relojes suizos es todo un reto y "su EGO" lo nota.

Los modelados de los pilotos y periodistas en las cinemáticas es claramente mejorable, igual que la deformación de los vehículos en los choques. Cierto que ante un golpe saltarán piezas de distintos tamaños y hasta ruedas, pero una imposición en la licencia impide al estudio representar deformaciones en la estructura principal del vehículo, no importa a cuánto nos estrellemos contra el muro, el piloto puede estar tranquilo.

Los choques tendrán mejor impacto jugable que gráfico

En cualquier caso el conjunto se mantiene brillante, el diseño de los menús, la belleza de las repeticiones a cámara lenta, la sensación de conducir a 320 Km/h mientras las gotas de lluvia resbalan en nuestro casco y cada curva puede ser la última (sobre todo si no nos quedan repeticiones) forman una experiencia que cualquier fan de la F1 disfrutará sin reparos.

Jugabilidad

Cuando Codemasters se hizo con una licencia tan poderosa como huérfana en esta generación (con el único F1 2006 de PS3, prácticamente un remake HD de los títulos de PS2) sus tres objetivos fueron claros y firmes: Fidelidad, espectacularidad y simulación. Contamos con todos los pilotos, escuderías y circuitos licenciados de la F1 (incluyendo Nürburgring y la India), así como las nuevas normas que afectan a la conducción (neumáticos, KERS, DRS...). Del aspecto técnico ya hemos hablado, toca pues tratar el tema de la conducción, y es que pilotar estas flechas no es para nada un juego de niños.

El título sigue presentando una exigencia digna de mención en el plano de la simulación pura. Cada circuito está representado al milímetro, las gradas, la inclinación de cada curva, hasta los baches tendrán incidencia en los neumáticos que tendremos que seleccionar sabiamente en función de la situación en carrera, obligando a cambiar entre duros y blandos al menos una vez y ofreciendo un añadido más a las opciones estratégicas más allá de ajustes en alerones o repartidor de frenada.

Rebufo, DRS y KERS, la fórmula del adelantamiento seguro

Si bien es cierto que dispondremos de un amplio espectro de ayudas para poder pilotar de una forma más "arcade", ofreciendo rebobinado, freno automático y coches indestructibles, la gracia, el alma del juego es llegar a conocer de primera mano la dificultad de dominar a esos potros salvajes de cuatro ruedas. Los parámetros nos permitirán ajustar la dificultad a nuestro gusto para ir poco a poco eliminando asistencias y logrando a cambio una conducción más realista, para lo que será vital conocer cada circuito al dedillo y saber las limitaciones de nuestro coche, dónde apretar para arañar unas décimas y dónde es mejor mantener la prudencia por nuestro bien.

Respecto a la IA rival no hemos notado grandes cambios respecto al año pasado, aunque esto no es necesariamente malo si tenemos en cuenta el nivel mostrado. En ocasiones los rivales se mostrarán conservadores y tratarán de evitar el contacto a toda costa con nuestro bólido, en otras, especialmente si disputamos las carreras con agresividad, no será raro presenciar un bonito choque y ver volar decenas de piezas a nuestro alrededor mientras el mecánico por la radio se lleva las manos a la cabeza. Los pilotos buscarán bien el rebufo y las zonas limpias aunque, por ponerle alguna pega, siguen frenando demasiado pronto y rara vez se pasan, aunque sí cometen errores y chocan entre ellos, encontrándonos coches cruzados en pista sin previo aviso y, como novedad, el posterior Safety Car.

Las novedades han sido muy bien implementadas y funcionan como en la vida real. El KERS (sistema de recuperación de energía cinética) se recarga cada vez que pasemos por línea de meta y, al igual que el DRS, servirá para tomar una ventaja importante con la que superar al rival, ofreciendo un mayor número de adelantamientos y por ende un mayor espectáculo. La contraprestación viene a la hora de usarlo en cualquier situación, pues en las curvas el coche se volverá ingobernable y hay que ser hábiles a la hora de tirar de él. El Safety Car es más bien anecdótico, no sale en todas las carreras y no suele tardar en irse, únicamente puede ofrecer alguna oportunidad para idear una estrategia diferente de entrada a boxes y, por supuesto, añade más fidelidad al producto final.

El Safety Car ofrecerá nuevas opciones estratégicas

Salvo algunos momentos "extraños" esperando a salir a boxes (todavía se mantienen algunas situaciones injustas que nos hacen esperar para salir, mucho mejor que el año pasado pero no del todo pulido), es un juego que se disfruta desde el primer momento y que invita a perfeccionar nuestra técnica para conseguir mejores resultados con menos ayudas. Un reto que nos enganchará durante meses.