Lo mejor del cine postapocalíptico

‘El Planeta de los Simios’ en su primera saga, nos muestra cómo el hombre ha caído en el olvido como raza dominante, dejando paso a unos monos más desarrollados que, contrarios a ser pacíficos, se muestran bélicos, como si la naturaleza guerrera no fuese cosa innata del ser humano, sino del vértice superior de la cadena alimenticia.

Tanto la saga antigua como la moderna comparten el mismo origen: el maltrato a los monos que lleva a César, simio con inteligencia superior, a vengarse de los humanos. La versión más moderna muestra una parte más “humanitaria” del joven chimpancé, pero no deja de ser curioso como nuestra decadencia tiene como origen nuestro propio egoísmo, así como nuestra naturaleza destructora. Toda una visión de ojo por ojo, diente por diente.

Doce monos, Terminator y los hechos que cambian el destino

Algo interesante que planteó la primera saga de ‘El planeta de los simios’ es el hecho de que las paradojas temporales fueron las que causaron el fin del ser humano. Podríamos considerarla incluso pioneras de este cliché. Sin embargo, no es la que más lo ha llegado a explotar.

Ese honor le corresponde a cintas como ‘Doce monos’ o la saga ‘Terminator’, en la que los viajes en el tiempo tienen como objetivo evitar el apocalipsis posterior. Para ello, se manda a un sujeto a un momento clave del pasado para que, mediante la modificación o el mantenimiento de la línea temporal, los eventos futuros salgan tal y como los protagonistas quieren. Lo curioso de esto, y que a su vez llama la atención, es que son estos mismos viajes en el tiempo los que llevaron al apocalipsis, de modo que, de no haberse realizado, el ser humano no viviría en la ruina del futuro.

‘Terminator’ muestra muy bien este concepto de los viajes en el tiempo, de forma que fueron los restos del T-800 encarnado por Arnold Schwarzenegger y sus sucesores los que dieron origen a Skynet, aunque más llamativo es el hecho de que el padre de John Connor sea el soldado raso que el mismo envío al pasado. De esta forma, de no haberse llevado a cabo ninguno de los viajes en el tiempo, el siglo XXI no viviría una guerra entre humanos y robots. Toda una muestra de que el destino está escrito, así como su inalterabilidad.

El día de mañana, 2012 y la venganza de la naturaleza

Roland Emmerich es por excelencia el director de cine más pesimista en cuanto al futuro de la raza humana. No hay más que ver su trayectoria, en la que nos ha mostrado el fin de la raza humana a cada ocasión en la que se ha sentado en la silla de dirección.

‘Independence Day’ es un ejemplo de cómo la raza humana intenta evitar el apocalipsis que viene de la mano de una invasión alienígena, argumento similar al que pudimos ver en ‘La Guerra de los Mundos’. Sin embargo, son dos películas de este director la que nos llaman la atención, ya que fueron las que aniquilaron el mundo tal y como lo conocemos. La primera de ella es ‘El día de mañana’, en la que el cambio climático asolado por el efecto invernadero nos lleva a sufrir una nueva era de hielo. Por otro lado, tenemos ‘2012’ en la que, sirviéndose de la mediática profecía maya, una variación en la radiación del sol provocó que el mundo colapsase. Ambas películas guardan un punto común: la naturaleza como catalizador del desastre.

Se nos presenta con ello un mundo en el que el ser humano se enfrenta a la extinción de una forma que, en cierta manera, no es más que el resultado de sus acciones pasadas. Esto se deja ver más eficazmente en ‘El día de mañana’, donde es el propio ser humano el que causa el desastre a través de la contaminación máxima.

No deja de ser interesante como la película plantea el fin del mundo como un “Nos lo merecemos”. No obstante, Emmerich acaba sus películas con un final medianamente feliz con la mayoría de sus protagonistas vivos, dándoles una nueva oportunidad, un nuevo nacimiento en el que todavía queda esperanza. Esto quizás podría chocar con un auténtico fin del mundo por desastre natural, pero no deja de ser ficción por eso.

En conclusión, debemos destacar este género de la ficción como una muestra no de desastres y explosiones, como si de una película de Michael Bay se tratase. El género postapocalíptico centra su visión en el comportamiento y la sociología humana, en como éstos se enfrentan al fin de todo lo que conocen y el cambio que supone para ellos.

A día de hoy los virus, los zombis, los alienígenas, la guerra o la naturaleza son los argumentos de fondo más usados para el género, pero eso no equivale a que el futuro nos deje nuevas formas de ver como se extingue la raza humana. Eso sí, esperemos por nuestro bien que no pase de la ficción.