Análisis Starcraft II: Heart of the Swarm

El estudio ha focalizado los cambios en hacer de su jugabilidad algo mucho más directo que lo visto anteriormente, solo hay que ver las unidades que han añadido a cada una de las razas. Los Terran cuentan ahora entre sus filas con la 'Mina Viuda', una unidad que os será de gran ayuda contra los objetivos terrestres; mientras que el 'Murciélago de Fuego' se presenta como la evolución del 'Erebion', una unidad ligera centrada en distancias medias capaz de producir daño esparcido. Los Zerg  tienen el 'Gestador' y cuya principal característica es la de engendrar unidades temporales una vez enterrado. También tenemos la 'Víbora', unidad voladora ideal contra enemigos terrestres biológicos tanto de tamaño normal como otros más grandes. Para terminar, los Protoss añaden el 'Núcleo de la Madre Nodriza', una auténtica salvajada de unidad aérea que para que os hagáis una idea de su poder solo se permite la creación de una. 'Tempestad' vuelve a ser otra unidad aérea pero esta vez de corto alcance, aún así su daño es mortífero. Por último encontramos el 'Oráculo', su alta velocidad de movimiento está contrarrestada por su fragilidad, no obstante, es la unidad ideal para hacer mucho daño a los obreros enemigos y por lo tanto dañar la economía del adversario.

Si tuvieramos que pegar un tirón de orejas a Blizzard sería sin lugar a dudas en el muro contra el que se sigue dando, la ausencia de partidas en LAN. Éstas fueron las grandes protagonistas de títulos anteriores y que acrecentaron el "boom" de los juegos en red junto a obras del calibre de 'Counter-Strike'. 

Blizzard y su manía de dejarnos con la boca abierta

'Heart of the Swarm' ha sufrido varios cambios y mejoras técnicas con respecto a lo visto en 'Wings of Liberty'. Aunque os parezca que no, se han perfeccionado las físicas o las texturas por ejemplo, además de añadir algún que otro efecto resultón. En general un apartado que cumple sobradamente su propósito, solo hay que ver el gran detallado de todas y cada una de las unidades o el gran colorido que destila en general el producto.

Para mover todo esto en pantalla hemos encontrado una de cal y otra de arena. Sorprendente que el juego esté mejor optimizado para equipos más antiguos que otros más modernos. Hemos encontrado varias irregularidades al ejecutar 'Heart of the Swarm' en un PC que cuenta con una CPU AMD FX6200 3.8Ghz, 8GB de ram y una Nvidia GTX660 Ti 2GB; concretamente el de jugar en calidad extrema, sin AA y a 1080p conseguir tan solo 40 o 50 fps. Bajando un poco las sombras o las físicas, la mejoría era tan solo de cuatro frames, apenas inapreciable. Más aún sorprendente es ejecutar el título en calidad Media donde todavía sigue sin llegar a los 60 y deseados fps. No obstante había misiones en las que si llegábamos a tal cantidad pero otras descendían hasta los 10frames al haber demasiadas unidades en pantalla. Blizzard ha prometido estar trabajando en buscar una solución, pues usuarios con un equipo de prestaciones todavía mejores el rendimiento es el mismo.

Para nuestra sorpresa, en un portátil con Intel Core 2 Duo 2.6GHz, 4GB de ram y una Nvidia 9600GT hemos sido capaz de moverlo en calidad Alta sin AA a 60fps constantes, una auténtica gozada. ¿Conclusiones? Pues que aquellos que tengáis un PC con unos añitos a la espalda no os preocupéis de poder disfrutar del juego de una forma más que vistosa. Aún así el usuario encontrará mil y una opción gráfica para cambiar, por lo que toqueteando un poco de aquí y otro poco de allá logrará establecer la relación perfecta entre aspecto gráfico y rendimiento.

Ya lo hemos mencionado en alguno de los apartados anteriores pero lo volvemos a repetir: chapó por Blizzard y su manera de hacer CG. Pocos juegos veréis en la plataforma de PC que tengan tanta calidad a la espalda. Incluso aquellos videos realizados con el motor del juego lucen realmente bien; mención especial para esos detallitos de los que el estudio no se olvida como la traducción al castellano de todo cartel que aparece en el juego.

En referencia a nuestro idioma solo podemos deshacernos en alabanzas con el doblaje. Está claro que en Blizzard pueden cuidar más o menos la jugabilidad para gustar a todo el mundo, pero nadie puede negar la increíble calidad que son capaces de verter sobre el apartado técnico y sonoro. Para culminar, la banda sonora. Mucho más en la línea de lo que podría ser una superproducción, orquestada de manera fabulosa y que sabe cuándo es el mejor momento para entrar de una forma u otra, en ningún momento cojea.