Análisis Tekken 7

Tekken 7 - Cada lucha es personal

Hace más de dos años que Tekken 7 salió en las máquinas recreativas japonesas y la espera a la versión de consolas se ha hecho eterna, sobretodo fuera del país del sol naciente donde al menos tenían la versión de recreativa que poder hincarle el diente de vez en cuando. Pero por fin ha llegado a nuestras manos el título que prometía tener una historia que cambiaría todo lo que sabíamos de 'Tekken'.

En esta nueva entrega se han querido centrar sobre todo en dos partes: aumentar las habilidades de los personajes con nuevos tipos de ataque y en realizar una historia que nos despejará cientos de dudas que han surgido a lo largo de la saga y a la vez darle un final a lo que vendría a ser la trama principal que lleva sucediendo desde la primera entrega: la familia Mishima.

Sin querer entrar en el terreno del spoiler y sin querer dedicarle demasiado a este aspecto, pues hace unos días ya publicamos unas primeras impresiones del modo historia, en este aspecto Bandai Namco cumple con lo prometido y nos da un modo historia que nos proporcionará un nuevo punto de vista que hará cambiar nuestra forma de ver a algunos de los personajes más carismáticos de la saga, ya sea a base de flashbacks desconocidos como de momentos conocidos que jamás se resolvieron en los títulos anteriores e hilándolo muy bien con una historia que tiene por narrador un misterioso periodista que jamás vemos su cara ni conocemos su nombre.

20 años de la familia Mishima

Tekken 7 no tan solo es un título que quiere poner el broche final a la historia del torneo del puño del hierro, si no que quiere celebrar con sus fans el 20 aniversario introduciendo multitud de fanservice para aquellos seguidores de la saga. Es por ello que el título contiene absolutamente todas las cinemáticas de todas las entregas anteriores, decenas de imágenes de entregas anteriores y, en la edición de PlayStation 4, todas las canciones de la saga preparadas para ser escuchadas. Ahí queda poco.

Es por ello que, con este nivel de mimo uno espera que los combates estén a la altura y los personajes seleccionados sean aquellos que más representan la saga. Si bien el plantel de luchadores es bastante amplio, con 37 personajes desde el inicio (y con dos más en camino en forma de DLC) y todos y cada uno de ellos tienen un estilo de lucha totalmente diferenciable, se echan en falta algunas ausencias casi inexplicables como Lei Wulong, posiblemente la ausencia más importante.

Pero esta pequeña mancha no mancilla lo importante del título y es que Tekken 7, al igual que sus antecesores, sigue siendo un título de lucha sencillo de manejar y con gran profundidad para los expertos con los añadidos de los Rage Arts, los Power Crushes y los Rage Drives.

Expandiendo el sistema de combate

En esta ocasión, se han introducido pequeñas mecánicas que hacen que el sistema de combate resulte algo más variado, dinámico, estratégico y con alta tensión. Uno de los nuevos añadidos son los Rage Arts, algo que en títulos de otras franquicias son llamados movimientos definitivos y que se activan mediante una sencilla combinación de dos botones y una dirección tan solo cuando nos encontramos por debajo de 20% de la vida total. Cumpliendo esas condiciones, faltará encajar el primer golpe del ataque para dar comienzo el festival de tu personaje en una cinemática que le da tanta personalidad a cada personaje como lo es de útil. No son excesivamente largas y son lo suficientemente entretenidas como para que no terminen de cansar tras verlas varias veces.

Además de esto, se han añadido una serie de elementos más bien estéticos y que puede que no sea del agrado de todo el mundo, aunque cumpla su objetivo a la perfección. Se trata del bullet time, como se le llama comúnmente. Esto se activa cuando los dos luchadores se encuentran cruzando sus golpes a una velocidad similar y ralentiza el combate y la cámara se acerca para darle más tensión y descubrir quién de los dos golpea al final primero. La espectacularidad está asegurada. Nosotros hemos amado esta nueva adición y al menos el efecto es, francamente, espectacular de cara al público. Ya veremos con el tiempo como afecta esto a nivel competitivo...

Como punto aparte, cabe destacar el trabajo que se ha realizado con la implementación de Akuma en el título. Como bien sabéis, Akuma pertenece a la saga Street Fighter, una saga que tiene un estilo de combate completamente diferente a Tekken. Aun así, han logrado mantener el espíritu del luchador procedente de Capcom con detalles tales como ser el único personaje con barra de Súper al estilo Street Fighter, lo cual lo convierte en un personaje que, además de tener un gran peso en la historia, supone un aire fresco importante en Tekken para aquellos jugadores que quieran cambiar un poco el estilo de sus combates.

¿Y mis modos extra?

A pesar de tener una historia interesante pero corta (se puede acabar en una hora perfectamente), Tekken 7 sufre un problema que parece tener últimamente casi todos los juegos de lucha: la falta de modos. Y precisamente esta saga siempre se ha caracterizado por tener grandes modos extra excelentemente divertidos y originales: Tekken Ball y Tekken Force, por ejemplo, además modo supervivencia o modo Time Attack.

Por desgracia, Tekken 7 falla en este tema. Con un modo historia tan breve, uno espera encontrar contenido para un jugador lo suficientemente amplio como para querer seguir practicando antes de lanzarte a luchar online. Pues sentimos traeros esta noticia, pero 'Tekken 7' es la entrega que supone la excepción a la regla.

Con un modo Arcade que tan solo son cinco combates y un jefe final, un modo versus en el que tan solo puedes enfrentarte a un amigo (nada de enfrentarte a la CPU) y uno cuantos capítulos extra para el modo historia que casi parecen una broma, con tan solo un combate por personaje, Tekken 7 te muestra ya casi todo lo que tiene por ofrecer a nivel jugable. Los únicos modos extra incluidos se tratan de un modo para PlayStation VR (sólo en PlayStation 4) en el que eres el espectador/cámara a la vez que controlas a uno de los personajes y un modo llamado Caza de tesoro que nos dejará enfrentarnos de forma indefinida contra distintos rivales con el fin de desbloquear nuevos personalizables para cada uno de los personajes.

Personalización directa de Tekken Tag Tournament 2

Hablando de la personalización, Tekken 7 revive el sistema de personalización de la anterior entrega de la saga, Tekken Tag Tournament 2. Al igual que este título, cada personaje tendrá decenas de objetos con los que poder equipar, peinados, trajes... y aunque algunos equipamientos son comunes para todos los personajes, la gran mayoría tiene una parte que es exclusiva del luchador y que habrá que ir desbloqueando con suerte en el modo antes explicado.

El resto de equipamiento se podrá utilizar gastando dinero del juego, dinero que se da en cantidades generosas jugando a cualquiera de los pocos modos de juego que incluye el título. Os aseguramos que el dinero no será un problema, pues en poco tiempo tendréis suficientes millones como para desbloquear casi todo lo que se puede desbloquear con este dinero.

Pero las personalizaciones, al igual que el anterior título que las incluyó, no tan solo se convierten en algo estético, si no que algunos de los objetos proporcionan habilidades especiales exclusivas del objeto. Por ejemplo, si decidimos incluir en nuestro personaje un bate de béisbol, podremos utilizar mediante la pulsación de abajo más los dos puños para golpear con nuestro bate al rival. Y el bate de béisbol es posiblemente lo más normal. Pero quizás preferís golpear a vuestro rival con un atún congelado... Eso os lo dejamos a vuestra elección. Otros ítems activan efectos especiales durante el modo ira del personaje y dándole ese toque cómico que Tekken siempre se ha caracterizado: artes marciales puras y un humor japonés especialmente entrañable.

Unreal Engine 4: el motor de Tekken 7

Por primera vez en la historia de la saga, 'Tekken 7' ha usado un motor gráfico no muy común en los juegos de lucha como es el Unreal Engine 4. En este aspecto, Tekken 7 ha ganado mucho en el aspecto visual con unos modelados y un nivel de detalle de infarto. En los momentos de máxima tensión, cuando la cámara pasa a estar en cámara lenta, podemos apreciar unos efectos de partículas increíbles y todo el esfuerzo que Bandai Namco le ha puesto a los modelos del juego en el que podemos apreciar cada pelo de la barba de nuestro personaje si quisiéramos.

Y cuando hablamos de cámara lenta, nos referimos exactamente a eso, no que el juego tenga caídas de frames tan desastrosas como para que se sienta a cámara lenta. Más bien es todo lo contrario: el juego es estable en todo momento, corriendo a los 60 frames por segundo que últimamente tanto se aprecia. Incluso en algunos momentos del modo historia en el que los cuerpos de varios personajes siguen por el suelo en cantidades bastante amplias podemos ver que el título sigue aguantando el tirón sin problema.

Con escenarios que se rompen según vamos progresando en nuestro combate y pudiendo incluso apreciar los escombros que quedan en el escenario es también una forma de apreciar el nivel de detalle puesto en el aspecto visual del juego. Apreciaremos aún más si cabe el nivel técnico si aprovechamos nuestros créditos de combate para comprar vídeos en la galería y descubrir lo mucho que ha cambiado desde entonces. E incluso a nivel de sonido, con todas las canciones de todos los juegos del 1 al 6 e incluso los dos 'Tekken Tag Tournament' para poder escuchar a placer.

El fin de una era

Tekken 7 es el final de toda una historia. El final que todo el mundo esperaba para una franquicia tan querida como es la que nos hemos ocupado. Pero tan solo es el final de la familia Mishima y el resto de personajes en el juego no tienen papel alguno. Tan solo uno de los nuevos personajes tiene un papel en la historia y hace que el plantel de luchadores sea extraño ya que parece no tener conexión alguna con la historia de Tekken y arroja aún más dudas entre los jugadores. ¿Qué papel tienen Shaheen, Lucky Chloe o Josie? Jamás lo sabremos, al menos por el momento, pues juegan el mismo papel en la historia que todos aquellos que no están relacionados con la familia Mishima: ninguno.

Al acabar el modo historia puede saber algo más del resto de personajes pero... Un solo combate no es suficiente. En este sentido, parece que la historia desencaje por completo con el resto del juego, por muy interesante que sea la historia. Y aunque el más que refinado sistema de lucha y lo visualmente atractivo de las novedades de las luchas sean suficientes para los más fans de la saga, la ausencia de modos extra de gran peso hacen que la experiencia global del título nos dé una de cal y otra de arena. Sobre todo si lo comparamos con anteriores títulos de la saga en el que siempre ha habido multitud de extras jugables. 

La ausencia de cosas tan queridas como son los finales del modo arcade para cada jugador se hace además más palpable al ver que podemos acceder a toda la historia de todos los juegos de Tekken, algo que los seguidores más acérrimos apreciarán, pero que solo nos hace darnos cuenta de lo mucho que los echamos de menos en este título. Al final, el séptimo torneo del puño del hierro se queda en una celebración con un sistema de combate excelente que se ve apagado por la inexplicable cantidad de ausencias que sus juegos nos tenían acostumbrados.