Análisis Quantum Theory

¿Interesante, eh? En realidad se trata de una mezcla de elementos típicos de los juegos de acción con algunas cosas más enrevesadas, como por ejemplo que comencemos la historia sin realmente saber que ocurre, y poco a poco ir conociendo más detalles de la trama. Un método narrativo que trata de ser original, pero que no consige dotar de la intensidad necesaria a lo que se nos explica. La historia resulta poco más que una carcasa vacía, sin emociones ni elementos realmente interesantes que nos empujen impetuosamente a conocer el siguiente paso de los protagonistas.

Y hablando de los protagonistas, dificilmente podremos recordarlos con cariño más alla de los 20 minutos posteriores ha haber jugado a Quantum Theory. Si bien se narra la trama intentando imprimir un interés a los personajes que realmente no tienen, por sí solos tanto el protagonista como sus compañeros resultan planos, sin matices emocionales ni personalidad remarcable, algo que quizás habría ayudado al pobre desarrollo de la historia.

La trama avanza a base de pequeñas cinemáticas mal estructuradas, que resultan cortas y que aunque tienen como objetivo ser películeras, en ocasiones confunden al jugador. Algunas están hechas con el motor del juego, y son sin duda las menos elaboradas aunque, por contra, son en las que más información recibimos. Estos vídeos nos muestran el trasfondo del título de manera muy dispersa, por lo que acabaremos por no prestarles demasiada atención ya que rompen el ritmo narrativo. Las otras cinemáticas están hechas con CGI, mucho más espectaculares aunque tan solo sirven para decorar con florituras técnicas la monotonía que vertebra el guión.

Como comentábamos, la premisa del título, aunque no era rompedora en exceso, sin duda prometía ser mucho más potente de lo que finalmente a resultado. Una historia pobre, mal narrada y con unos personajes muy poco desarrollados. A muchos les echará para atrás este apartado.

Gráficos

Una de las cualidades de Quantum Theory es que entra bien por los ojos y no da sensación de dejadez en el apartado técnico. Eso no lo exime de un trabajo irregular en realidad, si bien no desastroso, si que para el tiempo y el presupuesto que tiene detrás se antoja bastante por debajo de lo que debería haber sido.

Técnicamente es un juego bastante correcto, resultón en algunos apartados incluso. Su estética nos recordará bastante a su modelo a seguir (GoW), aunque posiblemente ahí acaben las comparaciones. El título de Tecmo es mucho más sobrio, y aunque como comentábamos no es un desastre a nivel gráfico tampoco tiene capacidades suficientes como para lanzar cohetes. La desarrolladora nipona ha trabajado bien los modelados, ya que tanto los protagonistas como los enemigos tienen un diseño muy correcto.

Si bien las texturas también demuestran que se trata de un desarrollo potente que intenta competir con la élite, la variedad es escasa tanto en enemigos como en los propios escenarios. Quantum Theory, sino el poco nivel Aunque cambiemos de ambientación, estas texturas se repetirán y tan solo podrán lucirse en el interior de las torres, donde se muestra un colorido algo distinto al resto del juego y es justo ahí donde comprobamos que no ha sido la falta de medios la que ha torpedeado el resultado de (ya contrastado en anteriores ocasiones) del estudio. En general, el resto del juego tiene buenas texturas pero poco variadas.

En realidad, tiene un aspecto muy homogéneo durante toda la aventura, con unos tonos oscuros y sin apenas efectos de iluminación, lo que le da un toque demasiado repetitivo que, unido a la falta de mecánicas frescas y novedosas, puede cansarnos al poco de empezar. No nos encontraremos con grandes logros en la física (inexistente) ni con elaborados entornos, sino más bien con un mapa bien diseñado y recreado de manera correcta por el cual podremos avanzar. No esperes sorprenderte con lo que Quantum Theory ofrece, pero tampoco podrás decir que te ha decepcionado en el apartado técnico.

Todas estas características, unidas a la nula inteligencia que muestran nuestros enemigos a la hora de enfrentarse con nosotros, dejan entreveer que Team Tachyon no ha sabido (o no ha querido) manejarse con soltura con el motor gráfico,

Jugabilidad

Nos encontramos ante lo que podríamos describir como un "shooter clónico", una demarcación que pone los pelos de punta pero que por desgracia suele tener cabida y sentido en esta generación en demasiadas ocasiones. El sistema de juego es el clásico y tópico que solemos encontrar en el 90% de los títulos de acción en tercera persona. Las acciones que podemos ejecutar nos sonarán a otros análisis y artículos de juegos parecidos: disparar, cubrirse, atacar cuerpo a cuerpo, cambiar nuestra arma por la del rival...costará, y mucho, encontrar elementos diferenciadores con sus coetáneos.

Los controles serán sencillos de asumir, sobretodo para los más veteranos en el mundo de los shooter. Los gatillos, como de costumbre, servirán para apuntar y disparar además de para ejecutar otro tipo de ataques como los cuerpo a cuerpo o los lanzamientos de Filena. El resto de botones cumplirán otras funciones como las de cubrirse o recargar rápido. Dejà vú, la palabra que define a este control genérico, por degracia. Pero el problema real no viene con la configuración de los botones.

La auténtica lacra en la jugabilidad es el hecho de que los movimientos del personaje no son precisos y a veces incluso están desincronizados con el botón que pulsemos. Quizás indiquemos que queremos parapetarnos tras un muro y el personaje en lugar de ello dé una voltereta, o nos dispongamos a atacar cuerpo a cuerpo y Syd sea incapaz de hacerlo, con el correspondiente tortazo por parte del enemigo. Sumémosle lo impreciso que resulta disparar y, en definitiva, casi cualquier movimiento que hagamos. Un control tosco, que resulta lento para el tipo de juego y que nos dará más de un quebradero de cabeza.

No todo son malas noticias en este apartado, ya que contamos en concreto con un elemento más o menos innovador como es la acción de la diablosis en el campo de batalla. Podemos estar bien resguardados en nuestro parapeto, que sin previo aviso esta destructiva pandemia cambiará los elementos del escenario y podríamos acabar al descubierto en un abrir y cerrar de ojos. Se trata de un buen recurso para mantenernos en tensión en todo momento, aunque se podría haber utilizado más durante el juego.

Nos encontraremos con diversos tipos de enemigos que tendrán cada uno sus características, que pivotan sobretodo en su resistencia a los disparos y su potencia de fuego. Eso no quiere decir que tengamos que utilizar diferentes estrategias para acabar con ellos, aunque si que tendremos que tener más cuidado con unos que con otros. A pesar de estos pequeños cambios en el transcurso del juego, la jugabilidad es repetitiva y las mecánicas se reiterarán excepto en momentos puntuales, como con los enemigos finales.

En definitiva, Quantum Theory cuenta con una jugabilidad rígida, estática, que no nos ofrece más que otros títulos de índole similar y que recurre a los mismos tópicos jugables de siempre. La poca variedad de sitaciones, superadas siempre de la misma manera (cubrirse y disparar, disparar y volver a disparar), se ven algo maquilladas por la acción de la diablosis, una característica genuína desgraciadamente poco explotada.